se erige la localidad a la que este segundo da nombre. Se trata de Albalate de las Nogueras, situado en lo alto de un cerro, localidad que nació durante la Alta Edad Media como un asentamiento berebere.

Las mansiones solariegas se alternan con las casas tradicionales a lo largo de las empinadas calles de este pueblo, por las que merece la pena dar un paseo y perderse en ellas. En las casas veremos muestras de estilo barroco y renacentista.

En cuanto a la iglesia, su estilo pertenece a la época de transición del románico al gótico, siglo XIII. Queda en pie la nave de sillería, sus dos puertas de ingreso y su magnífica espadaña. Prepare la cámara de fotos para la maravillosa colección de canecillos que encontramos en el alero, de motivos zoomorfos, vegetales y antropomorfo. El conjunto fue declarado Monumento Nacional en 1983.

Otro de los atractivos turísticos de esta localidad son las cuevas de vino, de gran interés paisajístico e histórico. En ellas todavía se guardan el jaraíz, la pila y las tinajas en las que se guarda el vino.

Estas cuevas, además, están catalogadas como la gran seña de identidad de la localidad. Hay en torno a 200, repartidas por todo el municipio, dedicadas en la actualidad a la elaboración de vino y aguardiente de forma tradicional.

Al igual que Albalate de las Nogueras, estas cuevas son de época árabe, que tras la reconquista se convirtieron en bodegas. Aproximadamente, aún quedan 60 cuevas para elaborar vino para el autoconsumo familiar.

El monte en el que se asienta Albalate está coronado por la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, noble y elegante representación medieval de Cuenca. Los aleros vuelan sobre el altillo de la vega sujetos por magníficos canecillos decorados. Hacia el pueblo la espadaña de triple vano deja pasar el aire entre sus campanas y una estrecha ventana bajo ellas nos silva la entrada a un templo románico, con bóveda de cañón apuntada de estilo cisterciense.

Las puertas enfundadas en arquivoltas apuntadas, nos da paso al templo de cruz latina y bien orientada según la costumbre, este-oeste. Una nave central pequeña, construida en piedra de sillar contrasta con una cabecera enorme que se sustituyó en el siglo XVII para ensancharla. Las capillas laterales cubiertas de cúpulas sobre pechinas, una de ellas alberga el baptisterio. Ventanas saeteras aportan luz y aire al interior, mientras fuera se yergue la espadaña enmarcada en el cielo, alargada, puntiaguda y con tres huecos: uno pequeño arriba para el campanil y dos pareados para las campanas. Desde su atalaya la espadaña llama la atención con su imagen, y al culto y los tiempos con su voz de hierro.

De peculiar origen, tiene su propia leyenda: se dice que la construyó Don Gil de Albornoz cuando era Cardenal, de 1350 a 1376, en recuerdo de sus años de párroco en Albalate, pero parece improbable por la pureza de su estilo. Otra versión dice que fue un mecenas particular quien la construyó en 1185 y parece más verosímil. Otra curiosidad es que, a pesar de la orientación adecuada del templo, las puertas se hayan invertidas ya que, contra lo usual, la puerta principal se encuentra al norte.

En Albalate de las Nogueras también comienza un cómodo recorrido acondicionado de pocos kilómetros por la ribera del río Trabaque el cual forma un desfiladero escarpado a ambos lados del camino donde las rocas más altas con un mínimo de imaginación adoptan las más variadas formas una de las más llamativa es la enorme roca llamada la cara de Frankenstein que nos sobrecoge en los inaccesibles paredones rocosos, al lado de un camino que trascurre paralelo al río Trabaque.

Entre mimbreras las cristalinas aguas del río Trabaque trascurren formando pozas y encantadoras cascadas en un entorno natural donde árboles, arbustos y hierbas de toda especie la adornan y perfuman formando en algunas partes una espesa sombra muy agradable en verano.

La hoz del río Trabaque alberga en sus acantilados una de las colonias de buitre leonado más importante de la Alcarria Conquense, conviene recordar que el ruido excesivo afecta a estas rapaces de majestuoso vuelo, por lo que se recomienda no alterar este apacible lugar en la medida de lo posible.

El río en algunas estaciones del año puede llevar agua en cantidad formando pozas y remolinos de forma violenta por lo que es necesario tener prudencia y especial cuidado si se visita con niños pequeños.