“La Alcarria es un hermoso país al que a la gente no le da la gana de ir”, decía el escritor Camino José Cela allá por 1946. Y esa comarca, tiene una de sus puertas en Priego, a 27 kilómetros de Ribatajadilla.

En el norte de la serranía de Cuenca, esta comarca se fusiona con la de la Alcarria, creando una mezcla única de matices cogiendo lo mejor de cada territorio. Priego, es una de esas localidades que se encuentra en la línea de esa fusión, siendo conocida popularmente como La puerta a la Alcarria.

En esta localidad, el río Escabas. el más agreste, frío y bello de todos los ríos de la Sierra, cambia su curso desde la Sierra, pero donde se despide de ella para hacer los últimos 10 kilómetros por tierras alcarreñas, es en Priego.

Todo ello para echar sus aguas en el río Guadiela, ya mansos y domesticados los dos, para a su vez terminar en el pantano de Buendía. Desde el pueblo de Cañamares el Escabas se encajona en esta corta pero tremenda hoz para llegar a salir al pueblo de Priego.

La hoz de Priego tiene entre 3 y 4 kilómetros, y en buena parte de ellos solo cabe la carretera, que gana espacio entre el río y la roca, creando al conductor un paisaje ante sus ojos que, mezclado con la luz, encandila a quienes recorren la carretera.

Y al salir de la Hoz propiamente dicha nos encontramos las primeras vegas y huertas de Priego, aunque el río Escabas sigue, a su paso por el pueblo, encajonado en su cañón.

La localización estratégica de Priego ha hecho que la localidad haya tenido vida y población desde la época medieval. Prueba de ello es su conjunto monumental. En uno de los laterales de la hoz de Priego se encarama el bonito Convento de San Miguel de las Victorias.

Construido a lo largo del siglo XVI, guarda en su interior al Cristo de la Caridad, foco devocional de generaciones cuya festividad es el 14 de septiembre, y el Convento de Nuestra Señora del Rosal, prácticamente derruido, pero del que se conserva un maravilloso claustro, se encuentra de forma contigua.

Sus rincones se salpican de arte y señas de pasados tiempos. Partir desde la Plaza de los Condes es casi obligado y en ella, además del conjunto completo de interés arquitectónico, tenemos piezas de destacado protagonismo.

La casa Pernia con su entrada adintelada, su adornada moldura y el balcón barroco no deja escapar el espacio de cabecera para un frontón partido con volutas. El palacio de los Condes de Priego ofrece a la plaza su fachada principal donde prima su galería con tres arcos de medio punto. En la calle de la Loma las casas de la Inquisición se exhiben con propia identidad.

Entre los monumentos religiosos destacan la iglesia de San Nicolás de Bari y los cenobios, en pie. Además, a las afueras, el Castillo se asoma a la garganta del Escabas de puntillas, desde la torre del homenaje de planta pentagonal, llamado el Torreón, vigila el acantilado.

Otras señas castellanas se diseminan reclamando la visita, el puente medieval de Allende de un solo ojo apuntado. Restos de un molino y de la fábrica de harinas de los Barrales. La fuente con la pila guarecida por un arco de medio punto o las características cuevas de San Roque para la guarda del vino.

La forma más rápida de llegar a Priego, desde nuestro Complejo de Turismo Rural, es tomar la carretera CUV-9118 hasta Ribajatada. Allí, tomar la CUV-9119 en dirección La Frontera, y desde allí, a través de la carretera CM-210 se llega a la localidad de Cañamares.

En Cañamares, hay que tomar la carretera CM-2023, que es la que ya transcurre por este maravilloso paisaje hasta llegar Priego.

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